La lactancia materna tiene enorme beneficios tanto para el bebé como para la madre, y uno de ellos es el de reducir el riesgo de padecer cáncer de mama. El cáncer de mama es la enfermedad más común entre las mujeres de todo el mundo, pues representa el 16% de los cánceres femeninos.
Hoy en día existen diversos estudios donde sugieren que la lactancia materna puede disminuir el riesgo de cáncer de mama y que mientras mas prolongada sea la lactancia menor es el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Este efecto protector es válido solamente si la lactancia materna es prolongada, esto quiere decir durante un período entre 20 a 24 meses de edad de dar el pecho a tu bebé. El riesgo se reduce en 4,3% por cada 12 meses de lactancia, sumándose otro 7% de reducción del riesgo por el parto.
Según un estudio realizado a mujeres en edades de 30 a 64 años de edad concluyó que a mayor tiempo de lactancia, mayor se reduce el riesgo de cáncer. De 12 a 23 meses (66.3%), de 24 a 35 meses (87,4%) y de 36 a 47 meses (94%). (ver estudio aquí)
Los mecanismos por los que la lactancia previene del cáncer de mama son el retraso en el restablecimiento de la función ovárica, por un lado, y la disminución en los niveles séricos de estrógenos, por otro.
Sumado a esto, si la mujer es joven cuando amamanta a su primer hijo (21 años en promedio), ocurre un efecto protector durante la maduración de las células mamarias debido a la producción de leche. También se cree que durante el amamantamiento un factor de crecimiento en el cuerpo se modifica, por lo que se previene el crecimiento de las células cancerígenas del pecho.
Es importante que sepas que no por el hecho de dar de lactar a tu bebé ya quedas inmune de padecer cáncer de mama, esto no es cierto, ya que para padecer el cáncer existen distintos factores de riesgo como los hereditarios, hormonales, sexo, edad, raza, etc. Lo que si se conoce es que con la lactancia materna puedes eliminar uno de los factores de riesgo.
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