La lactancia materna prolongada es un tema muy controversial en la maternidad, más aún si pasas los dos años como yo, ya que siempre terminarás siendo juzgada, criticada y un poco más y hasta quemada en la hoguera. Hasta la actualidad llevo unos 33 meses de lactancia (ni yo misma me imaginé llegar hasta aquí), no te miento que me dan ganas de destetarla, a veces siento que no doy, me siento cansada, las críticas se me acercan porque ya rondo los tres años de lactancia, pero aquí sigo firme en mi decisión, muchos dicen que esto es de valientes porque aguantar tantas noches sin dormir y tener que someterte a ser la teta a demanda de tu peque es agotador. Pero estos momentos nadie me los quita, los guardaré en mi corazón porque para mi es una conexión única e irrepetible.
Por eso, me puse a pensar en todas las cosas que pasamos las mamás lactantes y llegué a la conclusión de que somos valientes, sí valientes, por aguantar tantas cosas juntas.
La lactancia materna prolongada es sólo para valientes
Esas que soñamos, algún día poder dormir de largo;
esas que duermen con una teta al aire por las noches y amanecen con el cuello doblado y la espalda molida en dos;
esas que damos teta mañana, tarde y noche así estemos cansadas;
esas que llegan de trabajar y lo primero que le pide su peque es "teta";
esas que comen con una mano y con la otra están dando teta;
esas que en algún momento de su lactancia pensaron en destetar porque sentían que no daban más; esas que no toman, beben y se cuidan para no pasarlo mediante la lactancia;
esas que le dijeron a sus pequeños "ya no hay teta" pero al ver su carita de tristeza, terminaron sacándose una teta,
esas que se aguantan de salir algunas noches o si lo hacen cuidan mucho los horarios;
esas que se tienen que encerrar con sus bebés a dar teta justo cuando dan su programa favorito;
esas que se tienen que dormir cuando su bebé quiere dormir con teta;
esas que se echaron en la cama para dormir con la teta a su pequeño, pero que terminaron durmiéndose los dos;
esas que usan la teta para adormecer a su pequeño cuando esta enojado o triste;
esas que tienen que comerse las críticas de amigos, familiares o curiosos;
esas que tienen que aguantar miradas desagradables en la calle porque supuestamente están haciendo "algo mal";
esas a las que sus hijos les bajan la blusa a la fuerza para tomar su teta;
esas que se sienten enamoradas cuando su bebé la mira a los ojos y les hace algún cariño con su pelo o tocan su rostro;
esas que nos sentimos orgullosas y felices cuando vemos a otra madre amamantar y pasar por lo que ya pasamos;
esas que defienden su lactancia hasta la muerte con todos los argumentos de la OMS y UNICEF;
esas que aprovechan su lactancia para calmar cualquier berrinche;
esas que aguantan patadas, jalones de pelo, metidas de dedo en la nariz mientras amamantas,
Esa eres tú mi querida mamá que das lactancia prolongada, esa eres tú, una valiente.