Cuando las mamás perdemos la paciencia

En la maternidad existen días buenos y días malos. Esos días en que nuestros pequeños comienzan su etapa de berrinches, como los terribles dos, tres, cuatro o 18 años. Pero, que pasa cuando éstos berrinches se hacen más intensos, cuando intentamos de todo para calmarlos pero nada funciona. Ni siquiera los 10 libros que te leíste de los mejores psicólogos del mundo, el yoga, la meditación o las charlas de disciplina para controlarte y manejar a tu pequeño te sirven. Como nada funciona, llegamos al borde del colapso perdemos la paciencia y terminamos gritando, encerrándonos en el baño o llorando porque nos frustramos y necesitamos una pausa  para continuar. Después que termina todo no podemos dejar de sentirnos las peores madres del mundo por haber perdido la paciencia con un pequeño que recién esta descubriendo el mundo. Pero, debemos ser realistas, somos madres y de que vamos a perder la paciencia con nuestros pequeños angelitos, lo vamos a hacer, eso es un hecho! Porque ser madre es tener paciencia, perder la paciencia y hallarla de nuevo... 

Hay algo que debemos tener en claro, todas las personas pierden la paciencia en distintas situaciones de nuestras vidas, como cuando hay tráfico, por nuestros jefes, maestros, el señor del cajero, los presidentes, el actor famoso, hasta nuestro marido a veces nos hace perder la paciencia, etc. Nosotras, las madres, no somos una excepción, somos humanas y reales y como tal vamos a perder la paciencia como cualquier mortal en la tierra. 

Lamentablemente el entorno social en el que vivimos nos hace creer que perder la paciencia es la peor cosa que te pudo haber pasado en tu maternidad. Vivimos en un mundo donde todos nos pretenden vender al "buen padre o madre", con conferencias, libros, charlas, etc. que muchas veces dista de la realidad. 

Lo importante de perder la paciencia es poder hallarla de nuevo y cambiar la página. Si terminamos colapsando y gritamos frecuentemente es importante pedir ayuda, derrepente el estrés nos juega en contra. Porque ser mamá no es fácil, es bien difícil y tenemos que tener mucha paciencia para entender y criar a nuestros hijos. Porque educar con gritos tampoco es la voz, pero si en algún momento lo llegamos a hacer es importante pedirles perdón,  porque mamá también se equivoca, mamá es humana y también pierde la paciencia como cualquier persona.





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