Los videojuegos son un tema controversial. Usualmente han sido relacionados con la violencia, adicción, obesidad infantil e introversión; ganándose una mala fama como medio de entretenimiento para los niños y adolescentes. Es así que los padres suelen enfocarse más en los potenciales peligros, antes que en los beneficios que estos juegos pueden brindar. Pero contrario a su reputación, muchos tienen aportes educacionales, físicos y psicológicos para sus jugadores.

Si se tiene conocimiento del tipo de videojuego, éstos pueden ser una poderosa herramienta para ayudar a los niños a desarrollar ciertas habilidades que no se obtienen en los juegos convencionales.

Para todos los padres interesados, Laive presenta una lista con cuatro (04) recomendaciones a tener en cuenta a la hora de elegir un videojuego que sea divertido y al mismo tiempo educativo para los más pequeños de casa:

1.     Que promuevan y ejerciten su agilidad mental. En la actualidad es posible encontrar una gran variedad de juegos diseñados para ejercitar la mente mediante el uso de la memoria, la concentración, el razonamiento y la rapidez. Asimismo, en el cerebro tienen un efecto similar al de leer un libro o montar una bicicleta ya que cuando el cerebro está aprendiendo, miles de nuevas conexiones son formadas. Adicionalmente el sistema de premiación motiva a los jugadores a mejorar continuamente sus habilidades.

2.     Que impulsan el movimiento. Conocidos también como ‘exergames’, resultado de la mezcla de las palabras inglesas exercise (ejercicio) y game (juego). Son videojuegos que estimulan la movilidad del cuerpo entero de sus jugadores, mediante el uso de ambientes y experiencias interactivas donde simulan estar practicando alguna clase de actividad física o deporte. El uso de este tipo de videojuegos se ha popularizado como tendencia para combatir la obesidad infantil y el sedentarismo.

3.     Que estimulen su interés en la cultura y la historia. El contenido de algunos videojuegos puede alentar a los niños a leer e investigar. Aquellos que se desarrollan en períodos específicos de la historia pueden despertar su curiosidad por la geografía, culturas ancestrales, estrategia y relaciones internacionales, entre otros. Especialistas recomiendan que los padres estén alertas a estas oportunidades para incentivar sus capacidades usando el juego como un medio para un aprendizaje más profundo.

4.     Que les enseñe a compartir. Si bien se relaciona a los videojuegos con los niños y adolescentes, cada vez más adultos son activos jugadores y comparten está experiencia con sus hijos, convirtiéndolo en una tarde familiar. Desde juegos de competencia deportiva hasta de estrategia. Jugar en familia puede ser una manera divertida de acercarse a ellos y generar lazos de confianza que en un futuro alienten al niño a compartir a sus padres, sus problemas y triunfos.